Parece que fue ayer cuando nos conocimos, recuerdo todo con detalle, mi corazón latía tan fuerte y de la nada surgió el amor. Hoy estamos lejos, estamos mejor, pues ya no nos hacemos daño, sin embargo, no puedo superar el desamor.
¿En qué momento la terapia se vuelve necesaria?
La respuesta es simple: la terapia se vuelve necesaria cuando no podemos lidiar con nuestras emociones y estas nos impiden nuestro desarrollo personal.
Si una persona siente que sigue atrapada en sentimientos que causan emociones negativas, como depresión, ansiedad o baja autoestima, definitivamente necesita ayuda de terapia psicológica o consejería de parejas.
Existen diferentes tipos de terapia para ayudar a superar una ruptura, un profesional especializado se encargará de identificar las necesidades del paciente. Sin embargo, esta información puede ser de utilidad:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): enfocada en cambiar patrones de pensamiento y comportamiento, ayudar a desarrollar habilidades para afrontar situaciones difíciles.
- Terapia de pareja: encaminada a mejorar la comunicación entre la pareja.
- Terapia centrada en la emoción (TCE): ayuda a procesar las emociones y comprender su impacto en nuestra vida cotidiana.
- Terapia de apoyo: proporciona un ambiente tranquilo y seguro donde persona pueda expresar sus emociones y preocupaciones.
- Terapia narrativa: enfoca a la persona para contar su historia con el propósito de empoderar su experiencia.
Consejos para superar una ruptura sin ir a terapia
Ciertamente, lo recomendable es recibir apoyo profesional, sin embargo, no es imposible superar individualmente una ruptura. Estos son algunos consejos para sobreponerse a una separación.
Aceptar el duelo
En esta etapa aceptamos el dolor emocional y reconocemos que tenemos un problema que no podemos superar. Parece simple, pero quizás es el paso más complicado de identificar, puesto que el orgullo puede ser una barrera difícil de superar.
Identificar nuestras emociones
Luego de aceptar el duelo, es normal sentir frustración, dolor y tristeza. Surgen reproches sin sentido y sentimos culpa por fracasar en nuestra relación, sin embargo, es parte natural del proceso de aceptación.
Proyectar nuevos objetivos
Este es el punto crucial entre el antes y el después. Generar nuevos objetivos, tener ilusiones y proyectar cosas nuevas, es fundamental para comenzar un nuevo camino. Tener objetivos es lo mejor para empezar una reconstrucción personal, este tipo de actividades permitirá distraernos y generar nuevas expectativas.
Lo ideal es pongas en la mesa un nuevo proyecto, una idea de negocio, una restauración en el hogar, o una meta deportiva. Cualquiera de estas cosas puede ayudar a mantener el foco.
Desechar pensamientos negativos
Durante este proceso, es normal que regresen recuerdos y emociones negativas. El dolor se hará presente y sentiremos que no podemos superarlo. Sin embargo, en esos momentos críticos, debemos enfocarnos en pensamientos positivos y sin dar tregua, cambiar inmediatamente nuestro estado de ánimo, para concentrarnos en los objetivos establecidos en el paso anterior.
Trabajar la autoestima
Sin importar la existencia o no de violencia en nuestra relación, debemos trabajar en nuestro propio valor como personas. Quizás sea momento de hacernos un nuevo corte de cabello, vestirnos diferente, hacer ejercicio y cualquier refuerzo positivo que nos haga sentir bien.
Otra opción es comenzar nuevos estudios académicos que fortalezcan nuestro desarrollo personal y de paso mantengan nuestra atención ocupada. Sin embargo, el cambio más importante debe ser la autoadaptación y reforzar la confianza personal.
Aceptar la soledad
La resiliencia y la adaptación, requieren pasar tiempo a solas para reflexionar. Eso de que un clavo saca otro calvo pudiera ser contraproducente, sin embargo, no debemos cerrarnos a nuevas relaciones y buscar el equilibrio entre sentirnos cómodos con nosotros mismos y estar abiertos a nuevas oportunidades.
Establecer límites saludables
Quizás nuestra familia y amigos quieran interferir, pero debemos dejar claro hasta qué punto vamos a permitir su intervención. En este sentido debemos establecer límites que nos brinden seguridad y la base de ello, es la comunicación asertiva.
Establecer límites no significa ser egoísta, los límites que se pueden establecer son respecto a nuestro tiempo, nuestras actividades, nuestro espacio personal, nuestras preferencias y nuestros objetivos.
Un ejemplo de esto está en definir cuánto tiempo pasamos con nuestra pareja y cuánto tiempo dedicamos a nuestras actividades personales.
Abrir la comunicación
Cuando pasamos por una situación traumática, cerramos los canales de comunicación con un caparazón de emociones. Es importante recobrar la empatía, expresarnos en un tomo amigable y mantener la escucha activa para una comunicación de manera efectiva.
Eso significa que debemos expresar nuestras necesidades de manera respetuosa, escuchar el mensaje de la otra persona y evitar interrumpir mientras habla. Además, no debemos hacer juicios o críticas negativas, puesto que abrir la comunicación, es aprender a escuchar.
Asimilar las experiencias pasadas
Bajo el estrés de una separación, es normal sentirnos abrumados por conflictos emocionales, sin embargo, para avanzar debemos reflexionar de manera objetiva, asimilar lo ocurrido y aprender de nuestros errores. Además, es primordial no quedar atascados en el pasado, enfocarnos en el presente y mirar al futuro.
¡Adelante! ¡La vida sigue después de una separación!
Pasar por una separación es un momento difícil, sin embargo, debes dar la vuelta a la tortilla, y verás que con el paso del tiempo, volverás a sentirte cómoda contigo misma. Recuerda que la edad no es un impedimento para el amor, así que no te rindas en busca de la felicidad y busca las oportunidades que te brinda tu nueva vida.
«Así que adelante, el mundo está lleno de posibilidades y aventuras por vivir. No te detengas en el pasado, la vida sigue adelante, llena de amor, felicidad y realización personal»